Varias especies, como Arnica montana y Arnica chamissonis contienen helenalina, que es un ingrediente esencial en preparados antiinflamatorios usados en su mayoría contra las contusiones y magulladuras.
Su uso medicinal, como el de estimular el sistema nervioso y el cerebro, no se ha fundamentado.
Macerar sus flores en aceite de oliva es un remedio para muchas personas del campo contra los golpes con hematoma o torcedura.
La recolección tiene lugar después de la floración. Dada la toxicidad de la flor, conviene conservar solamente las hojas. Arnica montana
se ha utilizado medicinalmente durante siglos, sin embargo no hay
estudios científicos que demuestran su eficacia médica. Las raíces
contienen derivados del timol, que se utilizan como fungicidas y conservantes. Se utiliza actualmente en la preparación de pomadas utilizadas para torceduras, esguinces
y contusiones. Se utilizan además preparaciones comerciales de árnica.
Los derivados del timol que se concentra en las raíces de las plantas
han sido clínicamente probados como vasodilatadores
efectivos de los capilares sanguíneos subcutáneos. La planta puede ser
fumada en forma de sustancia negra de olor dulce y agradable.
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